Tras un accidente con culpa nuestra, y teniendo la cobertura de daños propios o de pérdida total contratada, la aseguradora puede declarar siniestro total por el daño producido si este supera el porcentaje previsto en la póliza para este fin (normalmente el 75 o 100% del valor venal, dependiendo de la aseguradora).
En ese momento la aseguradora ofrecerá la indemnización que corresponda, pero hay tres elementos que generan muchas consultas: el concepto de restos, que pasa con la prima abonada y no consumida y si la póliza sigue en vigor o causa baja.
En relación al concepto de restos, como el vehículo aún existe (excepto en el supuesto de robo sin aparición del vehículo) y aún tiene algún valor, la compañía descontará de la indemnización lo que supongan los restos del coche que, como mínimo tendrá el valor de chatarra. Que los restos quedan en poder de los asegurados quedará fijado en la póliza donde se indicará que estos quedan en poder del asegurado y que su valor se descontará de la indemnización.
Y, ¿qué pasa con la prima abonada y no disfrutada?. La respuesta es que la aseguradora hace suya esa prima, y si existiera fraccionamiento de pago, la compañía deduciría de la indemnización el correspondiente importe de los recibos pendientes. La causa la encontramos en que la prima tiene carácter anual con independencia de la forma de pago. Aún así, hay aseguradoras que por criterio comercial hacen una reserva de prima en favor del tomador por un periodo determinado de tiempo.
Por último indicar, en relación a la póliza que ésta normalmente queda sin efecto una vez indemnizado el siniestro, por lo que si se ha procedido a reparar el coche habrá que hacer una nueva póliza para poder circular.
Como vemos la declaración de siniestro total no queda limitada a una indemnización sino que conlleva una serie de connotaciones frente a las que hay que estar bien informado, es decir, bien asesorado.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA