Una fuga de agua que no da la cara es difícil detectarla salvo que por medio de la factura del consumo de agua o de una llamada de la compañía suministradora no nos ponga al tanto de esa circunstancia.
Este tipo de casos es más frecuente en chalets, viviendas unifamiliares o casas con jardín rodeadas de algún tipo de terreno, aunque no es imposible que se de en otro tipo de viviendas. La búsqueda y localización de la avería, si hubieran producido daños, eran subsanados por las aseguradoras mediante la cobertura de daños por agua, circunstancia que normalmente no se producía si la fuga no hubiera generado daños salvo el gasto del consumo de agua. En estos casos es importante verificar en primer lugar el estado de la instalación que ha generado ese consumo, sobre todo si los contadores están en buen estado y no fuera esa la causa de la anormal lectura de consumo de agua. Tras esa verificación habrá que, lógicamente, detectar el origen de la fuga para poder así poner fin al consumo excesivo. Pero una vez reparado, ¿Qué pasa con el gasto que ha ocasionado esa fuga?
Aunque las aseguradoras, hasta la fecha, no cubrían este hecho, excluyéndolo de las garantías de la póliza de hogar, actualmente se está empezando a incluir esta garantía opcional para este tipo de riesgos, ofreciendo la cobertura de exceso de consumo de agua por escapes, y si por ejemplo, se rompe una tubería en el jardín del asegurado y entre el tiempo que se da cuenta de ello hasta que se realiza la reparación hay un exceso de litros de agua, el coste sería asumido por la aseguradora hasta el límite fijado en la póliza.
Está claro que al asegurado le interesa incluir este tipo de cobertura en su seguro de hogar por lo que al contratar la póliza conviene estar asesorado por un mediador que le informe de su inclusión y límites.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA