Mediante esta garantía la aseguradora garantiza la reclamación de daños y perjuicios sufridos por el asegurado siempre que aquellos se deriven de culpa o negligencia extracontractual del causante. Se trata de una labor de vital importancia cuando hablamos de seguros, ya que será necesario contar con abogados especialistas que nos darán el asesoramiento adecuado para poder conseguir el máximo de indemnización posible.
La reclamación de daños es una cobertura de un seguro, que supone que, en caso de accidente, la aseguradora se hace cargo de la reclamación de daños, los trámites e incluso de los gastos judiciales, en lugar del asegurado. Normalmente la reclamación de daños comprende las siguientes prestaciones:
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La realización de gestiones y trámites en vía extrajudicial para el resarcimiento de los daños y perjuicios, así como el pago de los gastos que se produzcan con ocasión de dicha reclamación.
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La defensa jurídica en los procedimientos seguidos para la reclamación de daños y no se haya conseguido su resarcimiento por vía extrajudicial.
A la hora de contratar un seguro todo parece muy sencillo, con el correspondiente abono y recepción de las condiciones generales y particulares de la póliza, pero si hay que presentar una declaración de siniestro entra en juego un complicado entramado legal en el que conviene estar bien asesorado por su mediador. Aquí entra en juego la cobertura de reclamación de daños mediante la cual, como indicábamos la aseguradora, tanto por vía amistosa como judicial, realiza las reclamaciones frente al responsable y/o compañía aseguradora para obtener las indemnizaciones producidas por daños corporales y materiales causados a tu persona en el ámbito de tu vida particular, incluyendo a la unidad familiar que convivan contigo, incluso animales de compañía.
Es importante resaltar que ante cualquier clase de procedimiento que haya que recurrir a un abogado, la cobertura de este seguro posibilita al asegurado a elegir libremente al abogado y procurador que le represente, mediante los letrados que la aseguradora le proporciona o por otros que el elija. Esta libertad también se genera cuando nos encontramos ante los casos en que se presente un conflicto de intereses, es decir, cuando en un procedimiento la compañía asegura a ambas partes, al reclamante y al reclamado. Para el supuesto de optar por un abogado ajeno a la aseguradora se deberá remitir a la compañía de seguros un escrito de designación haciendo constar los datos del letrado designado.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA