La primera precaución que debemos tomar es que la mascota vaya al veterinario para que verifique que tiene todas las vacunas puestas, el microchip y contar con su pasaporte de viaje y que todo está en regla.
Si es la primera vez que viaja, es una buena idea hacérselo saber a tu veterinario, sobre todo si se pone nerviosa o ansiosa en situaciones nuevas. Tu veterinario probablemente tendrá algunas sugerencias sobre cómo mantenerla tranquila y feliz mientras viaja, igualmente te puede proponer o recetar alguna medicación si tiene ansiedad durante el viaje. Para viajar en coche hay que asegurarse de darla muchos descansos para estirar las patas, hacer sus necesidades, beber y comer. Si la mascota es un perro asegúralo con un cinturón de seguridad o dentro de un transportín (los gatos desde luego que deberían ir siempre dentro de uno).
Por naturaleza, muchos de los objetos que usamos diariamente se desgastan y podemos pasar por alto cosas como un arnés deshilachado o un transportín en el que no funcionan los cierres. Antes de viajar siempre hay que asegurarse de que los artículos y objetos de tu mascota son seguros y están en buen estado. Unas pocas semanas antes de viajar, es importante tomar algo de tiempo para asegurarse de que todo esté en buenas condiciones, y de no ser así, comprar y sustituir los objetos desgastados si fuese necesario. Es imprescindible no solo para viajar sino para la protección de tu mascota contratar un seguro, pues puede pensarse que no puede pasar nada, pero la realidad es bien distinta. En caso de viaje verificar las coberturas de la póliza para ver si incluyen las mismas en el destino donde nos dirijamos, y en caso contrario suscribir un seguro de viajes para mascotas.
Por muy tranquila y dócil que sea tu mascota, o por muy habituada que esté a tu vehículo, nunca debes permitir que viaje suelta, ni en el asiento trasero ni en el delantero, aunque el copiloto tenga control sobre él. Cualquier trayecto en coche puede estar sujeto a maniobras bruscas de conducción, u otras situaciones imprevistas que pueden provocar la reacción inesperada de la mascota, alterando tu concentración durante la conducción, o peor aún, accionando algún mecanismo del vehículo que provoque consecuencias indeseadas. En el caso de los perros pueden viajar sueltos, únicamente, si es de gran tamaño y dispones de un coche familiar con un amplio maletero. En este supuesto, puedes adquirir en el mercado y en tiendas especializadas para mascotas, elementos homologados, tales como barreras y separadores para perros, redes de material consistente o, idealmente una rejilla o reja metálica divisoria para que tu perro viaje seguro. Cualquier de ellos, deberá ir correctamente ubicado entre los pilares de la estructura del coche, separando la cabina trasera del maletero.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA
