La respuesta a esta pregunta la encontramos en las estadísticas que manejan los medios de comunicación informando que contratar un seguro de vida puede costar hasta cuatro veces más contratarlo en el banco que en una compañía.
Recurrir al banco para este tipo de seguros supone pagar un 48,3% más que si se adquiere por medio de una aseguradora tradicional. La solicitud de una hipoteca es lo más común a la hora de comprar una vivienda y su concesión en el banco, a cambio de unas mejores condiciones en el préstamo, suele incluir la petición de la contratación de determinados productos como puede ser el seguro de amortización de hipoteca, la contratación de tarjetas o el seguro del hogar.
Aunque su contratación no es obligatoria es preciso considerar que puede ser beneficioso en ciertas ocasiones. En este sentido es necesario considerar que un préstamo para adquirir una vivienda conlleva una responsabilidad importante durante muchos años.
Dado que no se puede prever al 100% lo que sucederá en el futuro, es aconsejable proteger esta contratación para que el resto de los familiares no tengan que asumir la carga económica en caso de que el titular de la hipoteca sufra algún contratiempo.
El fallecimiento de una persona no solo genera una pérdida en términos emocionales, sino también en la capacidad de sostenimiento de una cierta calidad de vida familiar, desde el cumplimiento de compromisos financieros, por ejemplo, la hipoteca, a la viabilidad de proyectos de vida, como pueden ser los estudios de los hijos.
El problema con los bancos no solo es que no sean demasiado de fiar. No solo es que miren siempre por sus intereses y nunca por los tuyos. Es que además te cobran por tu seguro de vida un 48% más –de media- que una aseguradora especializada.
Nadie puede obligarnos a suscribir un seguro de vida en un banco como condición para obtener un préstamo, abrir una cuenta, o cualquier otra operación.
Las contrataciones de seguros de vida en los bancos vienen acompañadas de una cantidad de letras pequeñas que pocas veces son leídas y mucho menos explicadas por el personal. Porque, hay que insistir, el personal que ofrece los seguros de los bancos, generalmente, no está especializado en seguros.
Al contratar un seguro de vida en un banco, generalmente se firma una solicitud, no un seguro directamente. Esta situación es más grave aun cuando la contratación es vía telefónica (como suele ofrecerse este servicio) o electrónica, sin la mediación de un personal especializado.
Las solicitudes de pólizas emitidas por los bancos contienen una declaración de salud, de la que la mayoría de los contratantes no son conscientes y son rellenadas por empleados de marketing, o de turno. Esta práctica goza de dudosa legalidad en el mundo de los seguros.
En resumidas cuentas, la contratación de un seguro de vida siempre es recomendable cuando se van a asumir determinados riesgos de futuro como puede ser una hipoteca, pero lo que esta claro es que esa decisión debe ir encaminada a una aseguradora antes que a un banco.
Además de la garantías que ofrecen las compañías y su economía, se puede gozar del asesoramiento profesional de un mediador como SEGUROSCEA que le buscará el seguro que mejor se adapte a sus necesidades y le asesorará profesionalmente en caso de siniestro.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA
