Uno de los campos donde más se detecta la crisis económica es el de los seguros, donde las aseguradoras se ven obligadas a reforzar las medidas de vigilancia y control de los siniestros, sobre todo de hogar y automóvil.
La causa la encontramos en el incremento de los intentos del mal llamado fraude, pues realmente estamos ante una estafa a las compañías de seguros, intentando cobrar indemnizaciones por siniestros inexistentes o manipulados.
Este tipo de delito, que nos afecta a todos, representa mucho dinero para las compañías de seguros y para sus asegurados, pues la aseguradoras llevan a cabo una importante inversión en su detección, incluyendo el uso de investigadores privados, que están consiguiendo descubrir muchos casos.
Las consecuencias de la estafa pueden ser desde la simple rescisión de la póliza hasta la acusación de un delito, que puede acarrear cuantiosas multas o incluso la cárcel. Pero el mayor problema estriba en la falta de conciencia de la sociedad, que no considera este problema en toda su dimensión y parece "disculpar" al defraudador. Las aseguradoras, a pesar de ser las más perjudicadas tampoco ayudan a cambiar esta situación, pues por desgracia muy pocos casos acaban siendo denunciados.
Como ejemplos de fraude del automóvil, podríamos incluir la simulación del robo del vehículo, simulación de accidentes, modificación de las condiciones del siniestro, lesiones falsas ... Habría muchos otros ejemplos, pero afortunadamente las aseguradoras ya disponen de medios para su detección.
Situación parecida la encontramos en los seguros multi-riesgos de hogar, donde la labor de investigación es importante, ya que es una rama que genera el mayor número de reclamaciones. La simulación del robo dentro de la vivienda, el falso atraco fuera de la misma, la reclamación de daños causados antes de la contratación de la póliza serían algunos ejemplos.
La estafa debe ser considerada como lo que es, un delito que nos afecta a todos, pues la siniestralidad que genera y los gastos que ocasionan, repercutirán en la prima que el seguro nos cobre.
Federico Martínez de la Puente. Abogado Seguros CEA